domingo, 16 de agosto de 2009

SOBRE LOS JUEGOS ROMANOS DE TABLERO Y SUS REGLAS ( y X)

Para finalizar esta serie de comentarios sobre los juegos romanos de tablero y sus reglas, hablaremos del denominado “Terni Lapilli”, del que hemos podido recoger información en dos páginas web: Un breve artículo en la tantas veces mencionada www.anacomas.com y en particular sobre este juego, en otra pagina, que trata sobre la cultura romana considerada en todos sus aspectos y que corresponde a la www.nuevaroma.org

Terni Lapilli

En la primera de las páginas citadas, se nos informa de lo siguiente:

“Se considera que Terni Lapilli es idéntico al moderno Ta-Te-Ti. Sin embargo, aunque se encontraron tableros de Terni Lapilli por todo el Imperio, garabateados en paredes, pisos y techos, no se encontraron ni X ni O acompañando las marcas. Obviamente se usaban fichas para este juego y seguramente fueran las mismas usadas para Latrunculi y Tabula. Bolesden dice que se usaban tres fichas en este juego pero si esto es verdad, no es el Ta-Te-Ti.
A juzgar por la cantidad de tableros de Terni Lapilli encontrados en los alrededores de Roma, parecería que este juego fuese más popular que el Ta-Te-Ti, y por lo tanto, debemos concluir que no era en realidad el Ta-Te-Ti, ya que no es verdaderamente un juego y no podría sustentar tal interés.
Desde entonces, este juego es un enigma, aunque las posibilidades son ciertamente muy limitadas.”

Al contrario, en la otra página mencionada, se nos da más información, la cual transcribo a continuación:

“Terni lapilli, que se puede traducir por “tres piedras” o por “piedras de tres en tres”, era uno de los juegos más populares de la antigua Roma. Es el antepasado directo de algunos juegos modernos, como el tres en raya y el morris.

El juego de las tres piedras era el juego portátil por excelencia. Era jugado en todas partes: en mercados, en basílicas y en las escaleras de los templos. Se han encontrado numerosos tableros de terni lapilli arañados sobre suelos de piedra a lo largo y ancho del Imperio.

Para jugar a terni lapilli sólo se necesita un tablero y seis fichas, divididas en dos grupos de tres por su color. El tablero consiste simplemente en nueve casillas iguales dispuestas en cuadro, tal y como indica la ilustración inferior. Este tablero podía ser marcado sobre cualquier superficie, e incluso arañado sobre las piedras del pavimento de plazas y edificios para jugar partidas improvisadas.

Las fichas pueden ser también improvisadas a partir de guijarros o cuentas, o pueden utilizarse las fichas de cualquier otro juego de mesa. La única condición es que se trate de seis fichas, tres para cada jugador, y que las fichas de cada jugador sean fácilmente distinguibles de las de su oponente.

Reglamento :El objetivo del juego es muy sencillo: el jugador que sea capaz de colocar sus tres fichas en línea es el ganador. El diagrama superior muestra tres ejemplos de líneas correctamente formadas, que otorgan la victoria al jugador que las forme: en diagonal (A), en vertical (B) o en horizontal (C).

El juego comienza con uno de los dos jugadores colocando una de sus fichas en el centro de una de las nueve casillas del tablero. A continuación, el otro jugador deberá colocar una de sus fichas sobre otra de las casillas. Después, el primer jugador coloca su segunda ficha, y ambos jugadores se alternan colocando fichas hasta que las seis fichas estén sobre el tablero. Sólo se puede colocar una ficha en cada casilla; no puede haber dos fichas ocupando la misma casilla.

Suponiendo que ninguno de los jugadores haya logrado formar una línea con sus tres fichas en el momento de colocar la tercera de sus fichas (un hecho bastante común, como sabe cualquiera que haya jugado al tres en raya), el juego continúa mediante el movimiento de las fichas. Cada jugador puede mover una de sus fichas en una de las direcciones indicadas por el diagrama anterior (D), tantas casillas como sea capaz sin pasar por encima de ninguna otra ficha.

Está prohibido mover en cualquier dirección no indicada en el diagrama (esto es, en el rombo formado por las casillas centrales de cada lado). La prohibición de ciertos movimientos sirve para hacer el juego practicable; en caso de tolerar todos los movimientos, se descubrirá en poco tiempo que es mucho más difícil llegar a formar una línea, al estar capacitado nuestro oponente para bloquear casi cualquiera de nuestros intentos.

El juego termina cuando uno de los jugadores forma una línea (en diagonal, horizontal o vertical) con sus tres fichas.

Una variante del juego consiste en que no sean válidos ni los movimientos en diagonal ni las líneas en diagonal. Esta variante es igual al moderno three men's morris, un juego que alcanzó un gran auge en el Medioevo. Al igual que ocurre con el morris medieval, es posible que hubiese versiones del terni lapilli con más de tres fichas por jugador. Algunos tableros de época romana sugieren que los romanos también jugaban con seis o nueve piezas en tableros más complejos (aunque ciertamente estos juegos no podrían llamarse terni lapilli). Estas variantes serían virtualmente idénticas, en reglamento y componentes, a los six men's morris y nine men's morris medievales.

Estrategia:La clave del juego estriba en conseguir bloquear las fichas del contrario de tal forma que el contrario no pueda evitar la formación de una línea. Por ello, el ocupar ciertas posiciones es clave en el desarrollo del juego.

En particular, la casilla central representa la principal posición estratégica, porque proporciona acceso a todas las demás casillas. Obsérvese que desde las demás casillas sólo se puede acceder a tres de las casillas contiguas. Una buena estrategia consiste en intentar conservar la casilla central si está ocupada por una de nuestras fichas, y en intentar desalojar la ficha del jugador contrario de la casilla central si es él quien la domina.

Otra estrategia básica consiste en intentar mantener al adversario al defensiva. Esto se consigue disponiendo las fichas de tal modo que el movimiento del adversario deba ser el necesario para bloquear una posible línea. Así, se puede dirigir la partida hasta que llegue el momento en que se puedan formar dos líneas diferentes con un sólo movimiento (y el adversario sólo pueda bloquear una de las dos opciones). También se puede intentar dirigir al adversario hacia una situación en la que no pueda bloquear la línea que vamos a hacer porque las demás fichas bloquean el camino.

De cualquier forma, hay que ser precavido. Es muy posible que un jugador totalmente concentrado en la victoria no vea la jugada de su supuestamente defensivo adversario, y éste consiga formar una línea. Como en todos los juegos, hay que evitar el triunfalismo.”

Nota.- Ilustran este comentario, el diagrama a que se hace referencia en el texto, para observar el tablero, las fichas y las reglas de juego y estrategia; y una fotografía ( cuyo autor es Félix da Costa Pardo ) de unos pequeños tableros de juego grabados en unos sillares reutilizados en la denominada "vía del mármol" de la ciudad romana de Éfeso( en la actual Turquía ), que son variantes sencillas de este popular juego romano


No hay comentarios: