En 1960 es por primera vez que tenemos una referencia escrita sobre la existencia de un tablero de juego del tipo "alquerque de nueve" o "de molino" en esta fortaleza medieval que a lo largo de todo el medievo va a conocer una rica historia de la mano de unos protagonistas tan conocidos por nuestras tierras, como será, el arzobispo Gelmírez y Dña Urraca. Por un episodio acontecido en este emplazamiento y que intervienen fuerzas militares francesas, se va a atribuir la realización de ese tipo de grabado lúdico a estos hombres y por tanto, importados por ellos de lejanas tierras. Hoy día con nuestro conocimientos actuales, podemos decir que posiblemente no sea ese el origen y el mismo, sea el de la mayoría de todos los grabados de este tipo encontrados en Galicia y también en el resto de la península ibérica: conocido ya en época romana será a lo largo de la edad media y con la llegada de los musulmanes cuando tenga la mayor expansión.
En esta fortaleza situada en el ayuntamiento de Vilanova de Arousa, en la provincia de Pontevedra, tenemos en la actualidad documetnados cuatros tableros de juego: tres corresponden a la modalidad de "alquerque de nueve" ( uno con una ligera variante del mismo) y otro el de los denominados "alquerque de doce". En una superficie reducida y compartiendo la misma roca base granítica del monte ( pero a diferente altura) están grabados los cuatro tableros, de los que en un anterior comentarios, hemos dados las medidas precisas.
Es extraordinario ver la ubicación estratégica de esta torre de vigilancia medieval y también del lugar en donde fueron grabados estos juegos, posiblemente realizados para ocupar los largos tiempos de espera en los turnos de guardia en la fortaleza. Este emplazamiento domina completamente la entrada a la ría de Arousa y las fértiles tierras que se extienden a sus pies.
Es una pena que por no tomar ninguna medida de protección la mayoría de estos juegos estén poco visibles y que poco a poco los líquenes o otros tipos de vegetales los invadan y a la vez que los ocultan a nuestros ojos, los vayan deteriorando hasta llegar a su plena destrucción. A este factor destructivo ahi que añadir la fuerte erosión que deben de soportar las superficies en los que están grabados, pues están en la zona más alta y menos protegida de todo el monte.
Esperemos que las autoridades competentes tomen las meidas necesarias para evitar la desaparicón de este extraordinario conjunto que es único en nuestra región, por la variedad y el número de tableros que poseemos en este antiguo y típico castillo roquero, del que sólo ha llegado hasta nosotros la ubicación del mismo, por los grabados mencionados, algunos pero escasos restos arquitectónicos ( como el deteriorado y abandonado aljibe ) y numerosas cerámicas y telas de cronología medieval.
Nota.- En las imágenes que acompañan el comentario, tenemos primeramente un primer plano de uno de los tableros de "alquerque de nueve" de tipología clásica; a continuación, otro también correspondiente a un "alquerque de nueve", pero que podemos considerar una variante del mismo; y finalmente, se documenta un tablero de "alquerque de doce", cercano al juego primero, pero que posee muy mala conservación y es apenas visible en toda su integridad.
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