Gracias a las indicaciones facilitadas por nuestro buen amigo y gran conocedor del mundo medieval, D. Rafael Alarcón Herrera, pude visitar hace unos días, el extraordinario conjunto del monasterio de Carracedo, situado en la bella comarca del Bierzo y más concretamente en el municipio de Carracedelo en la provincia de León. Según sus informaciones en este conjunto arquitectónico había documentado hace ya bastante tiempo un tablero de juego y decidí ir a buscarlo y analizarlo adecuadamente. Me acompaño en el viaje y me ayudó en el estudio del mismo, mi infatigable amigo, Jesús Pexegueiro Hermida.
El monasterio de Carracero posee sus orígenes a finales del siglo X, al conceder el rey Bermudo II una finca a los monjes que huían de la incursión de Almarzor. Pero será con la orden del Cister cuando alcance su mayor esplendor y más concretamente hacia el siglo XIII. Luego, a través de los siglos todo este monumento va sufriendo numerosas reformas, por lo cual es lógico encontrarnos con estructuras arquitectónicas de diferentes épocas al realizar su visita.
El tablero de juego en cuestión, motivo de este pequeño comentario de hoy, se encuentra en la base de una columna que formaba parte de la primitiva iglesia medieval, cerca de la puerta que sube al campanario actual.
Se trata de un tablero de juego de "alquerque de doce" grabado en la superficie lisa de una piedra caliza que presenta una superficie mu pulida, pero en parte por la erosión del tiempo, bastante erosionada en algunas zonas. Dicha piedra grabada se halla a un metro de altura del suelo actual.
El diseño geométrico nos presenta el típico cuadrado con sus líneas paralelas y diagonales entrelazándose, no pudiendo ver todo el tablero pues, en la parte la parte superior del mismo, podemos ver como una columna puesta posteriormente a tapado una fila de cuadrados. Así tenemos que el cuadrado principal, posee unas medidas de 32 centímetros de lado, formando 16 cuadrados de 8 centímetros de lado. Por las circunstancia antes mencionada, la última hilada de estos cuadrados ( son cuatro series ) podemos intuirla pues vemos como los surcos me meten por debajo de la columna, tanto por la parte externa como interna de la misma.
Hay que señalar que algunas de las líneas diagonales que debían de cortar algunos de los cuadrados internos, no son visibles en la actualidad, posiblemente al paso del tiempo, pero el diseño geométrico que forma en casi totalmente, nos hace darle la clasificación de "alquerque de nueve" sin lugar a dudas. Por desgracia en el lugar que se ubica el tablero sufre la constante agresión de la caída de excrementos de palomas que hace poner en peligro la buena conservación de este ejemplar.
Para finalizar y luego de recorrer este interesante enclave y observando muchos sillares reutilizados en diversos muros, no sería extraño que en el futuro se puedan localizan más grabados rupestres representando tableros de juego.
En cuanto a la cronología del tablero de juego, teniendo en cuenta por un lado, la ubicación del mismo en una de las partes de la iglesia románica primitiva y por el otro, que la columna que lo está tapando parcialmente correspondería, por lo menos, a la etapa de la construcción de la iglesia parroquial actual ( fechable en 1796), pienso que este tablero de juego podría ser datado hacia finales de la edad media, aproximadamente.
Nota.- En las ilustraciones, tenemos una fotografía parcial del monasterio de Carracedo, de norte a sur, mostrando parte de sus restos arquitectónicos románicos; y en la otra, detalle del tablero de juego de "alquerque de doce", en la que podemos apreciar perfectamente como la parte alta del mismo, está tapada por la base de la columna a la que hacemos mención en el artículo y que no deja ver la última hilada de pequeños cuadrados,
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