El fragmento de sillar granítico en que se encuentra grabado este tablero, mide 29 centímetros de ancho por 38 centímetros de largo, se halla situado a unos 60 centímetros del suelo actual y a unos 51 centímetros de uno de los esquinales de una de las ampliaciones de la ermita. En esta ocasión el diseño geométrico representado, aunque irregular, se asemeja más a unos rectángulos que a un cuadrados (sobretodo en el diseño más externo), que es la figura más utilizada en este tipo de tableros de juego. Los surcos son muy finos y nos dan las siguientes medidas, para los tres rectángulos concéntricos: El primero posee una longitud que varía entre los 23 centímetros en su zona alta, a los 21 en su parte baja,siendo pues la media de 22 centímeros. La medida de su ancho, es de 21 centímetros. El segundo, mide unos 16,5 centímetros de largo por unos 16 centímetros de ancho. Luego, el último mide un lado 10,5 centímetros y el otro 11,5 centímetros. Finalmente tenemos en el centro de esta figura más interna, una pequeña cazoleta. Llama poderosamente la atención que las líneas rectas que saliendo de los vértices y la zona intermedio de sus lados se cruzan y cortan en el centro, aquí fueron sustituídas por pequeñas cazoletas de unos dos centímetros de diámetro por un centímetro de profundidad.
Este tipo de tablero de juego de "alquerque de nueve" difiere del tipo sencillo y más conocidos, por poseer las cazoletas en los vértices, que corresponderían a las diagonales que se cruzarían en el interior. Este detalle nos plantea el problema de la cronología tardorromana del mismo, atendiendo al contexto arqueológico que hemos expuesto, pues siempre se planteó que esta modalidad, podría pertenecer a una modalidad de juego, más tardía, ya en plena edad media.
Pero como este tipo de juego ya lo conocemos en el mundo romano y teniendo en cuenta los materiales arqueológicos que rodean a este yacimiento y que hasta la actualidad no han aportado ningún tipo de estructuras medievales, pensamos que dicho tablero de juego que encontramos grabado en un sillar reutilizado en la moderna construcción de la ermita, que de forma majestuosa se levanta encima de esta elevación, que domina de manera indiscutible el cauce del río Sil que pasa a sus pies, corresponda a época romana tardía, entre los siglos IV-V después de Jesucristo.
Finalizo este comentario, agradeciendo a mi buen amigo, Jesús Pexegueiro Hermida, que me acompañó en el viaje y me ayudo de forma muy eficaz en la realización del estudio de este tablero de juego.
Nota.- En la primera de las fotografías que ilustran este comentario, podemos ver el fragmento de sillar reutilizado en el muro del lateral sur de la ermita, cercano a una de las esquinas de la ampliación del ábside de la iglesia; y en la otra, un detalle del tablero de juego de "alquerque de nueve" documentado.
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