A diferencia del tablero de juego romano que veíamos ayer en este blog, correspondiente al castro tardío o poblado galaico-romano de Santa Tegra, los dos fragmentos de tableros de juegos aparecidos en el castro de Viladonga ( Castro do rei, Lugo ), si que se pueden considerar "portátiles", con la posibilidad que pudieran ser llevados de uno a otro lado para jugar en ellos, teniendo en cuenta sus dimensiones. Aún así no podemos descartar la posibilidad que ambas lajas de pizarra formaran parte de un banco o un enlosado y localizadas en las excavaciones fuera de su sitio original.
El castro de Viladonga está en el municipio lucence de Castro do Rei y una de sus características principales es también su cronología tardía, que aquí es unos siglos posterior al caso del castro de Sta. Tegra a que haciamos referenica.
Los dos fragmentos de tableros de juegos claramente de época romana de este castro, corresponden a dos placas de pizarra que fueron localizadas en diferentes campañas arqueológicas efectuadas en el yacimiento, asi como en dos lugares distintos del castro.
También en diversas excavaciones y en numerosos lugares del castro, pudieron localizarse numerosas fichas de juego o "calculi", de pizarra y otras de pasta vítrea.
Tanto los dos fragmentos de tableros de juego como las fichas de juego, pueden contemplarse hoy día en el modélico y didáctico museo monográfico del Castro de Viladonga, ubicado cerca de una de las entradas al yacimiento.
El fragmento del tablero mayor ( número de inventario 74-1) posee 36'5 centímetros en su parte más larga y 32'5 centímetros en la más pequeña. Esta pieza apareció el 13/X/1974, en la cuadrícula denominada I-36.
El fragmento más pequeño ( número de inventario A70-333 ), posee en su parte más larga unos 25'5 centímetros y tan sólo unos 11 centímetros en la parte más pequeña conservada. El lugar en que apareció ni el año, se pueden concretar pues tenemos sólo referencia de esta pieza en las memorias del arqueólogo Chamoso Lamas y no se menciona dichos datos.
El grosor de estos dos fragmentos de tablero de juego es muy semejante uno al otro y aproximadamente es de unos 7 centímetros.
En la superficie lisa de ambas placas de pizarra son bien visibles una serie de líneas rectas paralelas que se entrecruzan y forman una serie de retículas o pequeños cuadrados. Sin lugar a dudas nos encontramos con una parte de las conocidas "tabulae latrunculatae" en el que se jueba el que vulgarmente era conocido como del soldado o legionario. Son muchas las referencias y los lugares en que se han encontrado piezas semejantes éstas que hoy analizamos, pero las más cercanas las tenemos en las descubiertas en las excavaciones arqueológicas de los castros astures de "Chao Samartin" en Grandes de Salime y en el de "San Chuís" en San Martín de Beduledo (Allande), una de las cuales posee unos 20 centímetros de largo y seis centímetros de grosor.
El juego de este tipo localizado en las antiguas excavaciones del famoso castro de Coaña, por sus dimensiones y caracterísiticas pienso que corresponde a un tipo similar al estudiado en el castro de Sta Trega y será objeto de otro comentario en su día.
Como se describen en numerosos trabajos realizados sobre este tema, "el juego del soldado fue conocido por el juego de los latrúnculos. El nombre viene del latín latrunculus-i, que hace referencia a las fichas utilizadas en el pasatiempo. Se trata de un juego de estrategia, mezcla del ajedrez y damas actuales, en el cada jugador disponía de 16 fichas, de las que la mitad eran las calculi ordinarii y las otras las claculi vagi. Las calculi vagi, colocadas en la primera fila, podían moverse en todas las direcciones mientras que las calculi ordinarii, situadas en segunda fila, debían avanzar en vertical, de casilla en casilla".
Hay que mencionar que si bien existían unos tableros de unas medidas determinadas, se conocen de diversos tamaños y numeroso de casillas en su interior, por lo cual podría también variar el número de su fichas de juego e incluso las reglas del mismo. De este este trataremos en otro comentario.
No nos deja de llamar la atención de las fichas de juego localizadas en el Castro de Viladonga, que no todas sean de sección cilíndrica sino bastante de ellas lo sean de forma troncocónica, que son más bien escasas en los ejemplos conocidos, de fichas realizadas utilizando la piedra de la zona. También nos sorprende que el grosor o altura de las mismas sea diferente, así como su diámetro. Esto nos puede sugerir que algunas piezas tenían distinta función en el juego y con ellas se jugaba de forma distinta. También vemos como las fichas de pasta vítrea poseen diferentes colores (de sección semicircular) y que nos hacen plantearnos lo que comentamos anteriormente, además de pensar que unas correspondería a las fichas de un jugador y otras a las del adversario.
Para finalizar este breve comentario, sólo nos queda dar las gracias al personal técnico del citado museo por la información facilitada, asi como de habernos facilitado la fotografía en la que aparecen los dos tableros con algunas fichas de juego dispuestas en ellos, cuyo autor es el fotógrafo Gerardo Gil.
Nota.- Como cito más arriba, como complemento ilustrativo de este comentario tenemos, una vista de los dos tableros de juego del Castro de Viladonga y debajo de ellos, una vista parcial del yavimientos y sus estructuras desenterradas.
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