Hoy nos vamos a acercar a una serie de tableros que he podido conocer por dos fuentes distintas dentro de la red. Se trata de los tableros de juego de la iglesia románica de San Esteban de Eusa (Navarra). Por la primera, un artículo sobre los mismos, conozco la situación y características de los mismos. Y por la segunda, por medio de la visión de unas buenas fotografías he podido sacar mis propias conclusiones sobre los mismos.
D. José Luis Echeveste, en un pequeño pero interesante y ameno artículo, titulado “ “Los tableros de juego en la galería porticada de la iglesia parroquial de San Esteban de Eusa”, que es posible localizar en la red, nos comenta entre otras cosas las características de los tableros de juego que analiza en su trabajo citado: “ En San Esteban de Eusa encontramos, grabados en los sillares de la galería porticada, tres tableros de juegos. Uno de ellos, situado en la arcada más cercana al pórtico de la iglesia, es un estupendo tablero para el alquerque de nueve. El segundo esta situado muy cerca del primero, y es prácticamente idéntico a éste, pero su estado de conservación es bastante malo. Por último, en la otra arcada encontramos un tablero de cuatro por cuatro casillas que puede servir para multitud de juegos, entre ellos, el alquerque. Junto a este tablero fueron practicados dos pequeños hoyos, muy probablemente para dejar las fichas o peones usados en el juego.” En cuanto a la función de los mismos y sobre su cronología, teniendo en cuenta, el lugar y la posición horizontal en que se encuentran nos dice que :” Estos tableros serían tallados con posterioridad a la construcción del edificio, en época indeterminada, y con el único objeto de jugar con ellos. A nuestro parecer, éste es el caso de San Esteban de Eusa, puesto que los tableros se encuentran en la repisa de las arcadas de la galería porticada, un lugar completamente a cubierto del mal tiempo, orientado al sur, y desde el que se disfruta de una agradable tranquilidad e incluso de unas magníficas vistas. Recordemos además que los pórticos de las iglesias, especialmente cuando están cubiertos por una galería, han servido tradicionalmente como lugar de actividad pública diversa: reuniones del concejo, punto de encuentro de la gente del pueblo, y por supuesto, terreno de diversos juegos, como el frontón y los bolos.”
Las fotografías y la información fueron tomadas de un interesante y ameno foro de debate románico "on line", que recomiendo y agradezco sus datos.
Gracias a la visión de estas imágenes, que comentaré a continuación, puedo ahora hablar sobre los citados tableros, esperando realizar una visita “in situ” a este hermoso ejemplo del románico navarro”
Comentando las mencionadas fotografías que están publicadas en la parte superior de este artículo, en orden, de arriba abajo:
En la primera imagen tenemos una vista general de la galería porticada de esta iglesia del románico navarro fechable hacia el siglo XIII. En la segunda de la fotografías, podemos ver una magnífica panorámica que se puede apreciar desde las arcadas de esta galería, que dominan visualmente las tierras que se extienden a sus pies. En la siguiente, ya podemos ver claramente uno de los tableros de juego. Se trata de un “tabula lusoriae”, esto es, un tablero de juego cuyos orígenes los podemos rastrear hasta el mundo clásico (griego-romano). Aunque nos viene dado por un diseño cuadrangular dividido en 16 casillas o retículas cuadrada, podemos observar, como hacia la parte inferior del mismo, existen unas líneas rectas grabadas que salen fuera del mismo y nos sugieren que no está completo: o bien que no ha llevado hasta nosotros o bien que nunca se llegó a terminar. El siguiente diseño geométrico a simple vista nos recuerda a un tablero de juego de “Alquerque de IX”, pero si nos fijamos bien, posee cuatro cuadrados casi concéntricos no estando todas las zonas intermedias de sus lados unidas entre ellos, como es habitual en este tipo de tablero. Analizando más la fotografía, podemos ver como los dos primeros cuadrados, de afuera hacia dentro, son más homogéneos y en cambio, los siguientes se encuentran más excéntricos y vemos como no están unidos el tercero con el segundo (menos por un lado). Luego observamos los dos del centro, que al igual que en el caso anterior sólo están enlazados por un lado y como el pequeño cuadrado fiinal posee en su interior dos líneas que se cruzan en el centro,.Todo esto nos hace pensar que estamos ante dos grabados que fueron realizados en fechas distintas. Existe uno de ellos, el que corresponde a los dos cuadrados exteriores que fueron grabados anteriormente a los otros dos cuadrados siguientes. Y por último, tenemos la imagen perfecta de un tablero tradicional del “Alquerque de IX” a no ser que posee como novedad, en su parte central una pequeña cruz, grabada posiblemente con posterioridad al trazado del tablero de juego medieval original.
Para finalizar este pequeño comentario sobre estos interesantes tableros de juego sólo el aclarar, que cuando mencionamos que determinados grabados son realizadas con posterioridad a unos más antiguos, lo que no podemos fechar es el tiempo que a transcurrido entre los que fueron grabados primeros y los posteriores. En ocasiones puedes ser cuestión de días, meses, años,..sólo nos ofrece lo que en arqueología llamamos “cronología relativa”: que unos son anteriores a otros .
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