Los tableros de juego de la antigua ciudad romana de Munigua (Mulva, Villanueva del Río y Minas, Sevilla) fueron dados a conocer por Fernando Fernández Gómez, en el número 193 de la Revista de Arqueología en 1997, en un breve pero muy interesante artículo títulado "Alquerque de nueve y tres en raya: Juegos romanos documentados en Mulva (Sevilla)", pp.26-35.
Siguiendo el citado trabajo, podemos decir, que en concreto se trata de dos piezas cerámicas, en particular, un ladrillo romano, uno casi totalmente entero y del otro poseemos un pequeño fragmento.
El primero se nos dice que mide 29 centímetros de largo, 19 centímetros de ancho y 5,5 centímetros de grosor. En las dos caras de la piezas podemos ver grabados con finas líneas incisas, dos juegos de tablero: en el anverso de una de ellas, un diseño geométrico que corresponde a lo que conocemos como tablero de juego de "alquerque de IX" y en la otra, esto es, en su reverso, nos representa lo que denominamos tablero de juego de "alquerque de XII".
El segundo, aunque como hemos mencionado sólo fué localizado un fragmento, podemos ver que posee las mismas características que el que hemos mencionado anteriormente. Posee los dos mismos juegos, uno por su anverso y otro por su reverso.
Estas piezas se encuentran en la actualidad en el museo arqueológico de Sevilla, en donde también podemos observar diferentes tipos de fichas de juego, aunque procedentes de otros yacimientos arqueológicos.
El curioso destacar la circunstancia de que una misma pieza posee los dos tableros de juego, para poder simultanear el tiempo de ocio, practicando distintos juegos. Nos recuerda como en la actualidad se comercializa, en un misma pieza, un tablero para jugar a las damas y en su reverso, un tablero para jugar al ajedrez. También podemos pensar que los citados tableros podían corresponder al grado de complejidad de cada uno y no tan sólo para cambiar del tipo de juego.
Un caso semejante, podemos tenerlo en una de las piezas encontradas en la ciudad romana de Conímbriga (Portugal), aunque aquí, en el anverso posee un "alquerque de nueve" y en el reverso, se observa parte de un reticulado, que nos estaría hablando de una "tabula latrunculata".
También parece ser que fueron encontrados en Itálica tableros semejantes a los que comentamos en Mulva (alquerques de nueve, por lo que comenta el autor del mencionado trabajo), pero están grabados sobre piedra.
Hay que recordar tambien las piezas reticuladas romanas encontradas en el castro de El Raso de la Candeleda, en Ávila, Iuliobriga (Santander) o los que podemos ver en el museo del Castro de Viladonga en Lugo.
Por citar algún ejemplar romano semejante localizado fuera de la península ibérica, tenemos el grabado en una teja plana romana ("tegulae") del "oppidum" de Enserune (Alemania).
Para finalizar, sólo resaltar que la importancia de estos dos tableros de Munigua, es que atestigua el uso de tableros de juego del "alquerque de doce" ya en época romana, puesto que tanto los de "alquerque de nueve" y los "latrunculi" ya son más conocido en nuestra bibliografía sobre el tema. Con ello, se tiene que desechar la idea extendida de que el alquerque de doce entraría en nuestra península con la invasión musulmana y que ya era conocido, por lo menos, desde época. Puede darse el caso, que si corresponda la mayor difusión de este juego, con el citado momento, pero hay que recordar también, que las áreas geográficas de las que procedían los árabes, fueron territorios romanos y hasta ellos llegó su cultura y con ella, sus juegos.
Nota.- En una de las vitrinas del Museo Arqueológico de Sevilla, se puede ver la pieza más completa de la ciudad romana de Munigua, mostrando su anverso, con el tablero de juego de "alquerque de IX, observándose un dibujo que reproduce las dos caras de la misma y nos muestra los dos tableros de juegos grabados en ella: un alquerque de IX y un alquerque de XII. Las fotografías que se reproducen aquí, del anverso y reverso de esta magnífica pieza las he tomado de una interesante página dedicada a juegos, que recomiendo su lectura y quiero agradecer el poder disponer de ellas para ilustrar mejor este breve comentario.
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